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Este blog está dedicado a analizar e intercambiar ideas acerca de nuestra seguridad ciudadana actual y la labor que desempeña el servicio de seguridad ciudadana en la ciudad de Trujillo.


martes, 6 de julio de 2010

Captura de asaltantes

lunes, 28 de junio de 2010

Comentario "Olortiga"


Parece increíble que las autoridades como algunos policías, gente tan respetada y de buena reputación, se junten en escuadrones para ejecutar ilegalmente a los delincuentes, se supone que para eso existen leyes que castigan a estos individuos por sus actos delictivos que llevan a cabo y según la magnitud de su delito acaparan una sanción que les debería servir de escarmiento. Ya basta con la agresión de los delincuentes o de algunas otras personas, para que la policía (ejemplo de la ciudadanía) se ponga a realizar agresiones que solo motivan el rencor o tomar justicia uno mismo por sus propias manos.
Por otro lado me parece oportuno que el equipo de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal realice sus actividades en nuestra ciudad, dada la historia que tiene Trujillo y la reputación que tiene que cuidar en ser una de las mejores ciudades del país en todo el sentido de la palabra.
Aunque el General de la Policía Nacional y jefe de la III División Territorial Policial de la Libertad, Guillermo Arteta Izarnótegui diga que: la delincuencia no ha tomado las calles, pero hay zona en la ciudad por la cuál no se puede transitar tranquilo como es el caso del alambre, putumayo, chicago, etc. Estas son calles en las que la delincuencia es una cosa de todos los días y hay un problema grande que controlar en esos lugares.

Autor: Ivan Sánchez

Seguridad Ciudadana




Desde hace unos años, somos testigos de diversas historias sobre el aumento de la violencia en la ciudad de Trujillo. Las denuncias sobre la existencia de un supuesto escuadrón de la muerte compuesto por policías que se dedicaba a ejecutar extraoficialmente a delincuentes, además de las continuas noticias sobre extorsiones a cantantes de cumbia y empresarios, han servido para que la imagen de la apacible ciudad de la eterna primavera cambie por la de una ciudad violenta donde la delincuencia ha tomado las calles.
Al respecto, el equipo de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal (IDL – SC), en el marco de la convalidación de su Plan Local de Seguridad Ciudadana 2010, viene realizando talleres en la capital y en diversas ciudades de nuestro país. Una de las seleccionadas fue la ciudad de Trujillo, la importancia histórica de la ciudad -así como las constantes noticias sobre el aumento de la violencia en el lugar- hizo que su selección fuera insoslayable.
A nuestra llegada a la capital norteña, tuvimos la oportunidad de entrevistar al General de la Policía Nacional del Perú y actual jefe de la III División Territorial Policial de la Libertad, Guillermo Arteta Izarnótegui, sobre la situación de la seguridad ciudadana en la ciudad de Trujillo. En dicha entrevista, el General de la Policía Nacional manifestó que la violencia en la ciudad no es descontrolada y desdeñó la idea que la delincuencia haya tomado las calles. Dicho sea de paso, el equipo de IDL – SC se paseó por las principales avenidas y calles de la ciudad sin contratiempos.

miércoles, 23 de junio de 2010

Comentario "Plasencia"



La inseguridad ciudadana en Trujillo ha ido incrementando en los últimos años, debido a la ineficiencia de la Policía Nacional del Perú (PNP) en el cumplimiento de su misión y visión en nuestra ciudad. Como es sabido, de su labor depende la tranquilidad y seguridad de la misma. Al parecer el logro de sus objetivos se ve afectados por su irresponsabilidad y desorganización, además de otros factores que influyen en el incremento de conductas delictivas, que alteran el orden y la convivencia pacífica en nuestra ciudad.

Uno de los factores es el hecho de que las víctimas y autores de los delitos tengan la sensación que la ley y las instituciones no son eficaces, por cuanto a las penas que aplican los jueces a los delincuentes son insuficientes y dudosas. Es decir, los delitos quedan impunes. Lamentablemente, este es un hecho muy común en Trujillo, también una de las principales causas por las cuales se evita el desarrollo social en éste.

Otro factor notorio es la escasa presencia policial en las calles y avenidas de la ciudad, especialmente en los territorios vecinales. Sólo existe la presencia del Servicio de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Trujillo. Este hecho provoca que la delincuencia se dé a mayor escala, generando temor e inseguridad en las personas de recorrer tranquilamente las calles de la ciudad. Por lo que podemos decir, que estos oficiales no cumplen al 100% la labor que se les ha encomendado. Un claro ejemplo de lo mencionado, es el accionar cotidiano y diario de estos oficiales, demostrando su ineptitud al dejar que un delincuente se escape con un bien ajeno en sus manos. La persona afectada y dañada socorre por ayuda; pero estos, a pesar de estar en su vehículo de transporte, siguen su camino dejando pasar tal acción.

Uno de los factores más discutidos es sobre la falta de comisarios líderes, honestos, con vocación de servicio. Lo más indignante es que representando y teniendo el cargo y responsabilidad que les son otorgados, se presten a la ejecución de acciones denigrantes e inadecuadas. Un claro ejemplo son las coimas, “liberan” a delincuentes sin importar los daños que estos ocasionaron y seguirán ocasionando. Sólo por satisfacer sus necesidades e intereses de la peor manera, además, de poner en peligro la seguridad de la sociedad. Caso que es visto frecuentemente, no sólo en nuestra ciudad, sino en todo el país. La corrupción se alimenta día a día con actos como éstos.

Por todo lo mencionado anteriormente, concluyo diciendo que la ineficiencia laboral y falta de garantías que poseen los policías en Trujillo, están generando el incremento de la delincuencia e inseguridad ciudadana, afectando directamente en el logro del bien común social, el bienestar y convivencia pacífica de los integrantes de nuestra sociedad.

martes, 22 de junio de 2010

¿Por qué la inseguridad Ciudadana?


Trujillo es una de las ciudades peruanas y de Latinoamérica que tiene una alta tasa de crecimiento demográfico.
A raíz del fatal terremoto de mayo de 1970 miles de familias de Ancash migraron a esta urbe, cuando ya experimentaba la llegada paulatina y sistemática de otras de Cajamarca, San Martín y del interior de La Libertad, en busca de una mejor calidad de vida.
A fines de los años 50 y comienzos de los 60 nacieron “Tiro al Blanco” (hoy distrito El Porvenir), Florencia de Mora y La Esperanza, que el gobierno de Juan Velasco llamó pueblos jóvenes y luego asentamientos humanos que dieron origen a los prósperos distritos de la actualidad.
Esta franja marginal con el correr de los años crecía inusitadamente, al igual que crecía la urbe con nuevas urbanizaciones de trazos modernos y otras rústicas y semi rústicas. En la década del 70 el crecimiento poblacional de Trujillo fue incesante a tal punto que su crecimiento demográfico se le comparó casi igual a la de Sao Paulo, en Brasil.
Crece la ciudad, crecen los asentamiento humanos, hasta ahora siguen creciendo, crecen también las necesidades de servicios básicos (agua potable, desagüe, luz eléctrica, etc.) y también los problemas, entre ellos la delincuencia debido a muchos factores, que se generan en las ciudades, en donde una gran mayoría carece de recursos económicos por la falta de trabajo, principalmente.
Sin embargo desde tiempos inmemoriales Trujillo, por su ubicación y clima, fue un lugar tranquilo y atractivo para propios y extraños. Por eso es que la cultura pre colombina mochica-chimú, se asentó en este valle y nos dejó un valioso legado. La herencia colonial también es rica, ahí están los templos y casonas que admiran los turistas.
Sin embargo la imagen de ciudad hospitalaria que tenía nuestra ciudad en los últimos días ha sido mellada por crónicas policiales exacerbadas difundidas en medios televisivos y algunos escritos de Lima, que en su afán de obtener mayor raiting magnificaron y focalizaron sus informes en Trujillo, y hasta elucubraron un Escuadrón de la Muerte que eliminaba a delincuentes. Nada más falso.
¿Pero quién montó tremenda farsa? Con el tiempo se sabrá, pues ¿porqué escogieron Trujillo?, cuando en Lima, en el Callao, aquí nomás en Chimbote y Chiclayo hay más delincuencia. No negamos que haya inseguridad ciudadana en Trujillo, lo hay y fuerte, pero no a los niveles dramáticos como se le ha “pintado”. Creo que esos medios periodísticos están en deuda con Trujillo.
En consecuencia, tanto en Trujillo como en otras ciudades del Perú la inseguridad ciudadana es el principal problema, que ha ido creciendo sin que el gobierno y las autoridades hayan abordado el tema con seriedad. Pues veamos algunos factores para que la inseguridad ciudadana se incremente en forma preocupante.
La inseguridad ciudadana está relacionada con el robo a domicilio, robo y hurto a las personas, el pandillaje, el arrebato, las barras bravas, la micro comercialización de drogas, el secuestro y el asesinato, entre otros. Es decir la inseguridad ciudadana es un problema social.
Pero no solo el delito contribuye a crear un clima de inseguridad ciudadana en las ciudades. Hay un conjunto de factores que coadyuvan y potencian esta sensación. Tiene causas complejas de ahí que las esferas políticas hayan planteados propuestas como la creación del Sistema de Seguridad Ciudadana (Ley 27933 del 11 de febrero del 2003).
Pero veamos algunos de los factores que influyen en el incremento de la inseguridad ciudadana en Trujillo.
• Las víctimas y los autores de los delitos tienen la sensación que la ley y las instituciones no son disuasivas, por cuanto las penas que aplican los jueces a los delincuentes son insuficientes y dudosas. Es decir los delitos quedan impunes.
• No se cumple con la ley promulgada en enero del 2003 que dispuso que en cada comisaría funcione un juzgado de paz letrado. Sólo existe algunos en el Perú y en la ciudad de Trujillo en la Comisaría de Ayacucho.
• La impunidad es el resultado de un inexistente sistema de sanción que alimenta las conductas transgresoras y alientan a la gente a tomar la justicia por sus propias manos (caso de ronderos).
• Escasa presencia policial en las calles y avenidas de la ciudad, especialmente en los territorios vecinales, en donde sólo existe la presencia de la Policía de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Trujillo.
• Falta una estadística confiable, debido a que muchos casos de delitos no son denunciados, pues la población cree que es una pérdida de tiempo denunciar, por no tener acogida y trámite por las autoridades policiales.
• La cifra de policías en Trujillo es muy inferior a las de Arequipa y Chiclayo, que con menor población tienen una diferencia muy notoria de efectivos policiales, pese al alto crecimiento de la población trujillana.
• No hay una eficiente distribución de carros patrulleros, que carecen continuamente de falta de combustible, ante la ausencia de un atinado sistema de control de consumo. Los patrulleros están mayormente concentrados en el Escuadrón de Emergencia y los nuevos en su mayoría no operan por falta de apoyo logístico.
• Falta potenciar a las comisarías y crear otras en lugares estratégicos, con comisarios líderes, con vocación de servicio y honestos.
• Las dependencias políticas no están informatizadas ni interconectadas entre sí en la ciudad de Trujillo que impiden dar una respuesta rápida y efectiva al accionar de la delincuencia. Muchas no tienen ni siquiera locales propios.
• Falta de capacitación policial, de lo que aprovecha la delincuencia para cometer sus fechorías.
• Fácil acceso a las armas de fuego, especialmente de quienes están al margen de la ley.
• El consumo indiscriminado de drogas y alcohol genera conductas de desinhibición y agresividad que hace más propensas a las personas a transgredir las normas y cometer delitos.
• La cárcel o el penal, al igual que el resto del país, no cumple con el objetivo de resocialización del delincuente, por el contrario la cárcel se convierte en escuela del delito, en centro de planificación y de operaciones delincuenciales.
• Falta de oportunidades de trabajo, educación y recreación.
Estos y otros son los factores que coadyuvan a incrementar la delincuencia, que merecen el análisis para proponer acciones orientadas a lograr la anhelada seguridad ciudadana que merece Trujillo. Una tarea de todos.

Por. Manuel Rodríguez Romero

Seguridad ciudadana y desarrollo humano


El tema de seguridad ciudadana está vinculado directamente con la Policía Nacional del Perú (PNP). De su accionar –así se percibe en la sociedad civil y gubernamental- dependerá que los ciudadanos disfrutemos o no de seguridad. Sin embargo, este enfoque policial no es tan cierto.

En la actualidad, la percepción de inseguridad está relacionada con el temor generado por los actos de violencia que vive el país. Resaltan los delitos “callejeros” (extorsiones, robos, violaciones, asesinatos, estafas, entre otros) difundidos con amplitud por los medios de comunicación social (MCS).

Consecuencia de ello, la primera percepción y reacción es demandar mejora en las estrategias, recursos humanos y logísticos para
la PNP, con la creencia que con ello se resuelve el problema de la inseguridad ciudadana. Se señala a los MCS como responsables de dicha percepción.

De esta manera, se soslayan las verdaderas causas sociales, económicas, políticas de la crisis en la ética y seguridad pública. La crítica a los MCS, por el enfoque de la información periodística (noticioso, especulativo, no analítica e interpretativa), también debe orientarse a la frágil institucionalidad de las organizaciones del Estado (Ministerio Público, Poder Judicial, Congreso) que son proclives a los Derechos Humanos de quien comete actos delictivos y no de sus víctimas.

En el tema de la seguridad ciudadana, el Estado peruano, a través de los gobiernos central, regional y local, no ha incorporado políticas públicas que definan la calidad de vida de las personas e influyan en forma significativa en el desarrollo humano.

Consecuencia de ello es que cada día la delincuencia “callejera” y la “no callejera” (corrupción gubernamental y privada, violencia familiar) es un problema central en la vida de cada uno de nosotros los ciudadanos. Desde una perspectiva integral, la inseguridad reinante debemos vincularla con el desarrollo humano.

Es decir, además de las acciones represivas (Ministerio Público y PNP) y sancionadoras (Poder Judicial), debemos tomar conciencia sobre el concepto de seguridad ciudadana: “Consiste en proteger el núcleo central de todas las vidas humanas contra riesgos graves y previsibles, de una forma congruente con la realización humana a largo plazo…”, como lo propone el Informe sobre Desarrollo Humano. Perú 2009, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde esta perspectiva, la seguridad ciudadana es la protección de ciertas opciones u oportunidades de todas las personas -su vida, su integridad, su patrimonio- contra un tipo específico de riesgo (el delito, “callejero” y “no callejero”) que altera en forma súbita y dolorosa la vida cotidiana no sólo de las víctimas sino también de la comunidad en general. Por lo expuesto, es urgente construir -en forma cohesionada- políticas y estrategias desde el gobierno y desde de la sociedad civil, basándonos en proyectos sociales de desarrollo humano sostenibles en el tiempo.

La respuesta –tan evidente como el sol de medio día- es la participación sistémica entre el Estado y
la Sociedad civil, basada en el diálogo democrático (sin politiquería) para encontrar juntos la tranquilidad ciudadana, como factor determinante para nuestra realización humana.

Por. Raúl Rivero Ayllón

http://www.laindustria.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=15769&Itemid=10

Algunas experiencias exitosas


El pandillaje juvenil es un problema en muchos sectores periféricos de la ciudad. La falta de oportunidades, hogar disfuncionales y un clima de violencia generalizada que parece envolver a estas zonas son factores que promueven la delincuencia.
Ante esta realidad, la Policia Nacional esta implementando diversos problemas de reinserción social que les permitan a los jóvenes de escasos recursos económicos tener una mejor oportunidad de vida.
La fabrica de Escobas, que funciona en la comisaría de Florencia de Mora, es el primer programa de este tipo que se ejecuto. Allí los jóvenes aprenden a confeccionar escobas de paja y fibra sintética (escobillones), que luego son vendidos aprecios de costo en los diversos mercados de la ciudad.
Actualmente trabajan 42 jóvenes que generan sus propios ingresos económicos gracias a esta iniciativa.
Pero no es el único programa lanzado por la policia liberteña también están los Programa de Protección Escolar, que abarca todos los colegios de la ciudad,; las patrullas juveniles, donde intervienen 30 jóvenes por cada comisaría y el Club de Menores, donde se enseña karate, marinera y otros cursos 200 niños por cada comisaría. Finalmente esta el programa Precadete, con 25 jóvenes que aspiran ser miembros de la Policía Nacional.
La coordinadora de los Programas de Prevención de la Policía Nacional es la suboficial Charo Rafael Lujan.
“El objetivo de estos programas es alejar a los jóvenes de las pandillas, que los adolescentes mantengan su mente ocupada en los estudios, en los deportes, en actividades. De esta manera vamos a evitar personas conflictivas que atenten contra la sociedad” precisa Rafael Lujan.
Una de sus mayores satisfacciones es haber logrado que 22 jóvenes trabajaron en la fabrica de escobas cumplieron su sueño de ser policías.Esta y otras obras alternativas son necesarias para lograr que los distritos se conviertan en un caldo de cultivo de violencia y de la delincuencia.
Fuente: Diario La Industria
Trujillo 13 de Junio del 2010 "ENFOQUE"